La pluma de Hemingway y el hipopótamo dorado: el legado de Vargas Llosa para rebajar la tensión entre el Cervantes y la RAE
Un acto homenaje en la Casa-Museo en Arequipa escenifica la buena sintonía que tuvo el Nobel peruano con las dos instituciones que velan por el español en el mundo, enfrentadas durante la celebración del congreso internacional de la lengua


El animal favorito de Mario Vargas Llosa era el hipopótamo. Al Nobel de Literatura peruano le fascinaban las contradicciones de ese animal del África subsahariana, pariente lejano de las ballenas, aparentemente afable pero en realidad muy temido por su agresividad y su voracidad sexual. El hipopótamo encarnaba para Vargas Llosa las contradicciones del escritor, el fuego de la creación y la calma del pensamiento. Y quizá no haya ningún escritor que represente mejor esa metáfora que Ernest Hemingway, epítome del novelista bravucón y mujeriego, cazador y corresponsal de guerra. Los dos, el hipopótamo y Hemingway, estuvieron presentes de algún modo durante el acto de este martes en la Casa-Museo de Mario Vargas Llosa en Arequipa, su ciudad natal, donde familiares y autoridades invitadas al X Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) le rindieron homenaje.
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